La Rosca de Reyes tiene un sentido completamente religioso, conmemora una de las celebraciones más importantes y llamativas de las creencias católicas. Cada una de las características de este pan dulce tiene un significado muy específico que relata un momento de la vida del hijo de Dios, los cuales son recordados en la mesa cuando la familia se reúne a degustar y compartir este plato y gran tradición.
Además que representan la importancia de cada uno de sus instantes para la humanidad y la enseñanza que dejan para la vida en la actualidad. En este sentido, la rosca representa la epifanía, es decir, el momento en el que los Reyes Magos se encontraron con el niño Jesús, luego de partir en su búsqueda guiados por la estrella, para conocerlo, admirarlo y entregarle los regalos de oro, incienso y mirra.
Estos personajes, Gaspar, Melchor y Baltazar, salieron de Oriente guiados por su fe y la estrella en busca del niño. Incluso, es a partir de este relato que se dio origen a la tradición de los regalos, por esto cada 6 de enero los niños reciben obsequios de la misma forma en que el niño Jesús lo hizo.
En cuanto a la forma de la rosca, el círculo simboliza el amor infinito a Dios, aunque también se atribuye a la corona de los reyes. La figurilla del niño que se introduce dentro de la rosca simboliza la huida de la Sagrada Familia formada por José y María, quienes se escondieron con el niño para protegerse de Herodes quien ordenó la muerte de los infantes, temiendo perder su poder ante el mesías.
En cuanto a los dulces y las frutas que decoran el pan, son las distracciones del mundo que impiden el encuentro con Jesús, aunque también se comparan con las joyas de las coronas. Ahora bien, la acción de cortar con el cuchillo el pan simboliza el peligro al que estuvo expuesto el niño, mientras que la acción de comer la rosca es la comunión con Dios.
En síntesis, la Rosca de Reyes es una tradición para recordar el nacimiento de Jesús y una parte de su vida como infante, es una oportunidad para renovar las creencias católicas y especialmente la fe. En suma a que es el marco para los preparativos de la siguiente celebración, pues quien encuentre la figura del niño se convierte en el padrino o madrina del día de la candelaria.